En la antigüedad, Japón y Corea enviaban a sus criminales a una colonia penal llamada “Kyokudo”, situada en el canal entre las dos naciones. Allí fue enviado el caníbal Juu por asesinar a más de mil guerreros durante su estancia en Edo. Sin embargo, para ser una isla destinada a criminales, sólo había un médico coreano, Han, exiliado de Corea por matar y diseccionar a más de mil personas.